Put down the pencil
Sabor a pequeña derrota, a que te pasas la vida haciendo cosas que no quieres hacer, que no te gustan, que están vacías. Sabor a bofetada en la cara, a puñalada en el estómago, a menisco roto, a tobillo inflamado que no soporta el peso de tu cuerpo, cansado, roto, exhausto, harto de pisar caminos equivocados, baldíos, perdidos.
Es hora de posar las manos en el teclado, como si abrieras la ventana para respirar aire nuevo, como si pasearas por la playa en bajamar, como si compartieras una copa de vino por los mejores años de tu vida, como si contaras las horas para el fin de semana, como si fueras libre, libre del regusto amargo que te dejan las pequeñas derrotas.
Put down the pencil.
Now.
Put down the pencil.
Now.
La verdadera victoria es nunca renunciar a ti mismo. Mientras mantengas esa línea roja, no te faltará intendencia hasta ganar la guerra, por muchas batallas que tengas que retroceder...
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